A ti, que me regalaste tantas palabras bonitas, que me has prestado tantos buenos ratos, que me has emocionado con tus líneas... A ti, que fuiste un rey Mago y me creiste uno te dejé sin visita el 5 de enero.
Ya sabes lo duro que es ser Ray Mago, mi querido amigo Melchor... Qué te voy a decir... Te tiras un montón de meses recibiendo cartas, clasificando regalos, buscando fórmulas secretas para conseguir aquello que los demás desean, buscando en los bolsillos pequeños presentes que hagan feliz a los demás... y sin preocuparnos por nosotros mismos... y después, hay que hacer resumen, ver si acertamos y lo hicimos bien y descansar, relajar el ritmo hasta el próximo trabajo.
A ti, que me has escuchado y soportado. A ti, que has creido que podría ser un buen rey mago, te debo un regalo. Y espero que te sirvan estas pocas líneas, escritas desde el corazón, llenas de ilusión y encendidas, para que las soples en el día de tu cumpleaños.
A ti, que siempre sonries, aun cuando las cosas no vengan siempre de frente. A ti, que conservas intacta la inocencia pero la escondes para que no te la estropeen los vientos de la desesperanza. A ti, que comprendes y aconsejas, que recuerdas momentos que a los demás les pasan desapercibidos. A ti, que traes tulipanes de madera para que siempre te recuerden...
A ti, querido Melchor, hoy quería hacerte un regalo. Es bastante obvio que no está muy bien envuelto, pero espero que te guste.
Sigue siendo ese rey mago, ese soñador, ese poeta... y ese niño
Un abrazo
Baltasar
martes, 30 de marzo de 2010
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