jueves, 22 de octubre de 2009

Perdida en la isla...

Quien me iba a decir a mi que la 2ª entrada en mi blog iba a ser esta, hablando de una isla... Yo, que tenía previsto escribir algo más de lo que lo he hecho, había imaginado un tributo a Melchor, una primera historia para el cuenta cuentos o, quién sabe, un recordatorio de aquello que escribí hace tantos años.

Pero no, escribo desde una isla de esas que llaman afortunadas, con una triste impresión que estoy deseando quitarme de encima.

Llegue el lunes, para trabajar, todo sencillo, lo he hecho muchas veces, montaje y al día siguiente, evento, pero sigo aquí, con la única compañía de un ordenador portátil la mayor parte del día, trabajando, intentando conseguir el permiso para poder volver...

Desde la ventana de la séptima planta del hotel intuyo lo bonita que puede ser la ciudad. El mar al fondo me dice que estoy en un pequeño paraíso, con sol y arena donde en Madrid sólo hay lluvia y frío. La publicidad de la televisión me dice que esto es maravilloso y espero tener tiempo, aunque solo sea un poco para descubrirlo.

Quiero disfrutar del sol, del paisaje, de la alegría y el hablar pausado de sus gentes, de los vientos que corren por sus calles... Quiero vivirlo y contarlo, aquí, de nuevo cuando nos hayamos reconciliado y poder así escribir ¡Qué bonito Santa Cruz! y no la frase de hoy:


¡AY, QUÉ CRUZ, SANTA CRUZ!